TEXTO ORIGINAL PARA OBSERVAR
Share your story!
O como el derecho de autor se convirtió en un candado cuya
llave se encuentra sólo en contados casos en manos del autor; sobre mi fe
intuitiva en la riqueza que se anuncia de manera prometedora detrás de una
cultura de licencias libres, y por qué pienso que a los escritores y editores
les conviene a largo plazo complementar el © con (cc) Creative Commons o (ↄ)
Free Art License.
¿Por qué escribo esto?
Pues, es una larga historia, pero resumiendo:
1. El derecho de autor existe desde hace casi 300 años, pero
sólo desde hace un par de años es tema de discusión. Esto tiene que ver, sobre
todo, con los cambios radicales producidos por el internet y tecnologías de
copia baratas como los grabadores de dvd y cd, las llaves usb y los discos duros
externos. Conflictos sobre copias de datos han llevado el tema literalmente a
los salones de la gente común y corriente.
Internet es un herramienta desarrollada para copiar algo muy
rápidamente de un lugar al otro, y los computadores personales son diseñados
para cortar bits, deletearlos y reajustarlos. Estas herramientos piden a los
usuarios copiar, cortar y deletear -
rip, mix y quema! Y sí, existen problemas legales. Sí, es difícil imaginarse
cómo la gente puede seguir ganando dinero.
2. Novelistas que hacen su debut tienen que “poner una pica
en Flandes”1 Nuestros editores no tienen un gran presupuesto de promoción para
almas desconocidas como nosotros. En general subimos y caemos con publicidad
que anda de boca en boca. No soy tan malo para esto. Tengo un blog, en donde
hago mucha publicidad de boca en boca. Además, se suma el hecho de que la
mayoría de los libros, la música y las películas que se editan, siguen en venta
en línea, sea cual sea la licencia. En el período breve en el cual las redes P2P
como Napster florecieron, la masa ad-hoc del internet logró poner en línea más
o menos todo lo que existe. Soy un infóvoro y este tipo de histerias internet
me causan fantasías futurísticas exitantes. Lo que siguió fue una ola de
remezclas y reutilización, seguida a su vez por acciones jurídicas. Si nuestro
patrimonio artístico sigue estando cerrado para la reutilización por causa de
derechos de autor -que en la mayoría de los casos son gestionados por empresas,
herederos o organizaciones de lobbying-, corremos el riesgo de hipotecar la
producción artística de mañana. Por que nuestra historia del arte, ¿no es lo
que es gracias al arte de la cita, la reescritura, la remezcla, la
reutilización?
3. Y también, y también... Siendo artista, es posible
escribir un texto sin que posea éste un deseo utópico, por vago que sea? ¿Qué
es una creación sino un rechazo a participar, aunque sea un rato, en el
carrusel al que los adultos llaman mundo? No tiene que ver de por sí con el
utopismo en el sentido estricto, sí tiene que ver con escaparse. No se trata de
escaparse de la realidad, sino de exigir más realidad, más creación, más amor,
más accesibilidad. Un especie de rugimiento primordial tal vez. Si yo mañana
comparto mi novela, de manera que cada lector pueda leer mi versión libremente,
copiarla, cambiarla y editarla de nuevo, de manera que cada nueva edición
indica mi trabajo como fuente, no es ésto el más grande honor que puedo recibir
como escritora? Y si sé que cada autor sabe hacerlo por definición, sin que los
historiadores de literatura tengan que intervenir para analizar el contexto de
la obra, significa que estamos creando un archivo activo, que cuenta una
historia colectiva artística desde la creación individual.
La ley
Según la ley el derecho de autor se aplica automáticamente a
cada creación, no importa su soporte, aunque sea mencionado diferentemente.
Esta ley haría imposible la redacción de
los tres párafos anteriores. Las frases son quasi todas recogidas de textos de
otros autores. Y si mi biblioteca pública pusiera a mi disposición un sistema
que me permitiera buscar libremente por medio de palabras claves dentro de los
ficheros de textos digitales y copiarlos, ¡con mucho gusto hubiera escrito todo
este artículo así! Reproducir citas está permitido, bajo la condición que
menciones la fuente. Por suerte dos de los tres de los autores “robados”
eligieron publicar sus textos bajo licencia libre, de modo que podía lanzar el
experimento tranquilamente.
Encontré el primer párafo en un libre de Lawrence Liang,
abogado en Bangalore que investiga y es activista de las alternativas al
sistema actual de propiedad intelectual. Los párrafos siguientes los copié del
prefacio de dos novelas de Cory Doctorows, en los cuales este autor famoso de
ciencia ficción argumenta su elección de una licencia Creative Commons. El
tercer párafo viene del blog de Jeroen Mettes, un autor belga querido que se
suicidió en 2006. Su blog cae bajo copyright, porque no figura ninguna mención
particular a otra forma de licenciamiento. Cuando le hice la pregunta a uno de
los editores de su obra póstuma, me contestó: Como blogger a Jeroen no le
preocupaba el copyright. De hecho ahora nosotros tampoco explotaremos su blog
ni lo pondremos bajo copyright. No correspondería al método de trabajo de
Jeroen mismo, a quien le encantaba citar y pegar.
¿Está muerta la ley?
Si la ley es tan poco conocida y si copiar nos resulta tan
natural y espontáneo, ¿cuál es entonces el valor verdadero de este candado en
el mundo digital? ¿El copyright ahí, no habrá perdido su significado? ¿No es
gran tiempo para una alterativa? ¿Y qué más nos puede traer la alternativa de
lo que ya tenemos ahora? Mucho, muchísimo. Por lo menos, ésto es lo que me dice
mi fantasía actual.
Este artículo no es un motivo para una nueva legislación,
pero sí para una nueva práctica que sin gran mezcolanza le puede ofrecer a todo
autor, sobre todo a los autores amateur, unas posibilidades enormes. Y tal vez
a largo plazo llegará también a convencer editoriales y cabilderos de aplicar
el derecho de autor de manera radicalmente distinta.
¡Qué viva la ley!
La idea es simple. Uno publica su libro por un servicio de
Print-on-Demand. Paga menos de 100$, incluso menos por un e-book, envía su
manuscrito compaginado con la tapa como pdf, éste se pone entonces en venta
online y se puede pedir también en algunas librerías locales. Sus amigos y
familiares compran el libro por pieza, el autor decide el porcentaje del precio
de venta que llega a su bolsillo. El libro sigue en venta de por vida si se quiere
y con un poco de suerte se vende a través de todos estos años más de mil
ejemplares, lo que es el promedio de una publicación en mi tierra natal
(neerlandés). Así de simple es ahora. Tan pocos recursos y tiempo se necesita.
Los lectores pertenecen al ámbito personal del autor. Y quien lea la obra, sea
la hija, la prima, el sobrino o el vecino, y tenga ganas de convertirla en obra
de teatro, escuchará un ¡Sí, por supuesto!
Si el autor elige una licencia libre, añade un pedacito de
texto en la publicación en la cual estimula los lectores a leer y utilizar la
obra, copiarla, cambiarla y editarla de nuevo. Estas pocas reglas podrían hacer
la diferencia con estos amigos o familiares que nunca pensaron en la
posibilidad de hacer algo con la obra de otra persona. Además el autor les da
posibilidad de compartirlo a su vez con sus queridos. Ctrl c o save as son tan
sencillos y tan accesibles, piden tan poco tiempo y esfuerzo, que es evidente
que lo harán.
Es ésta la razón por la cual una licencia abierta puede dar
'ganas' y puede ser un incentivo para más creatividad. Y existen algunos
argumentos más, como éste que me gusta en particular: El plagiado es necesario.
El progreso lo implica. Aprieta de cerca la frase de un autor, se sirve de sus
expresiones, elimina una idea falsa, la reemplaza por la idea justa.
Creative Commons
La alternativa ya más integrada es la licencia Creative
Commons. Le permite al autor elegir si su obra puede ser cambiada o solamente
copiada (Share alike), si requiere mencionar su nombre (Attribution) y si la
obra puede ser utilizada para fines comerciales. Toda obra derivada debe
publicarse con la misma licencia Creative Commons. Wikipedia es un ejemplo de
una publicación Creative Commons. Todo contenido puede ser copiado, cambiado y
editado de nuevo si la fuente es mencionada. Creative Commons es una primera
alternativa valiosa que mientras tanto se aplica globalmente. Para quien quiere
estimular la distribución y la remezcla, es una opción segura. Para quien no
conoce aún lo básico del derecho de autor, empezar a utilizar Creative Commons
significa aprender realmente lo que significa el copyright automático que se
pone debajo de un texto. Eres profesora y te gustaría que el texto circule
entre alumnos porque te parece necesario, eliges unq CC de Reconocimiento (en
cualquier explotación de la obra autorizada por la licencia hará falta
reconocer la autoría), No Comercial (La explotación de la obra queda limitada a
usos no comerciales), Sin Obras Derivadas (La autorización para explotar la obra
no incluye la transformación para crear una obra derivada). Si te interesa la
opinión crítica de tus alumnos, les podrías dar como tarea una reescritura de
tu texto con la publicación bajo la misma licencia, entonces lo publicarías
bajo una CC de Reconocimiento, No Comercial, Compartir Igual. Después les puede
parecer interesante crear de esta colección un texto colectivo que sea
distribuído ampliamente, e.o. por revistas que se venden, y que como statement
político proponga que la autoría ya no importa más, será de las masas! Entonces
le pedirías a los alumnos de publicar el texto con una CC Comercial, Compartir
igual. Queda claro, sin embargo, que CC sirve para comprender bien el sistema,
pero llega a ser una pesadilla para los jurídicos que se ocupan de los usos de
los archivos. Si cada publicación puede tener especificidades tan diferentes,
el texto jurídico corre el riesgo de llegar a ser mayor al archivo mismo que
licencia. Una práctica viva necesita ser lo más simple posible. Por eso, a mi
modo de ver, CC sigue siendo una alternativa compleja con la cual creamos un
futuro cultural legalmente complejísimo.
Free Art License
Por eso prefiero utilizar la Licencia del Arte Libre. Esta
permite copiar la obra libremente, cambiarla y publicarla de nuevo bajo la
misma licencia, gratis o por dinero, pero con la mención de la fuente. Este
tipo de licencia no es una negación del derecho de autor, sino que lo
reconfirma en una infraestructura digital. Implica una 'genealogía'. Gracias al
sistema de la atribución se puede establecer un árbol genealógico para cada
obra o cada grupo de obras. A largo plazo para cada obra se podría buscar el
rastro, su contexto, su historia, tanto en línea que en papel, porque la
licencia obliga a cada nuevo autor de dibujar por su cuenta el contexto en el
cual nació la obra y garantiza la protección del nombre del autor con la obra.
Cada autor indica las fuentes como un homenaje a los creadores que admira.
Además garantiza que su obra puede ser distribuída, multiplicada y reutilizada
sin fin, como un virus. Contribuye así a la cultura del futuro en la cual la
oferta de libros, films, música e imágenes será tan accesible que la remezcla
será la norma (si ya no lo es) y por consecuencia será legalizada. Y si el día
del gran éxito para el autor llega antes de la aplicación mundial de la
Licencia del Arte Libre, el autor sigue teniendo la libertad de cambiar la licencia
de su obra.
El guión catastrofista
La pregunta que recibo con frecuencia, es ¿qué haces cuando
no se respeta la licencia? Pues, hago exactamente lo mismo que cuando no se
respeta mi obra bajo el copyright actual: me pongo en contacto con la persona
que no lo respetó, intento llegar a un acuerdo; si no logro, busco la
asistencia de un abogado e intento ganar el caso. En toda situación la
violación de una obra protegida demanda una actitud pro-activa y mucho trabajo.
En el caso del uso de licencias libres, puedo contar con la solidaridad de una
comunidad internacional, para quienes la accesibilidad y el compartir son
elementos esenciales de una sociedad democrática, que se arriesgan perder en
acuerdos neoliberales exclusivos.
Para la redacción de este texto busqué la compañía exquisita
de:
Cory Doctorow, Down and Out in the Magic Kingdom (2003) /
Eastern Standard Tribe (2004)
Jeroen Mettes, julio 2005:
http://www.n30.nl/poezienotities.html
Lawrence Liang, Guide to Open Content Licenses. 2004, Piet
Zwart Institute.
Lautréamont, Poésies, 1870, Flammarion 1990
Creative Commons: http://es.creativecommons.org/licencia/
Free Art License: http://artlibre.org/licence/lal/en
Nicolas Malevé, CC in Context, 2006:
http://constantvzw.org/verlag/spip.php?article82
Este árticulo es la traducción del artículo 'Share your
story', publicado en la revista Verz!n, junio 2011.
http://www.creatiefschrijven.be/index.php?onderdeel=1967
TEXTO OPTIMIZADO PARA VER EN PANTALLA
Share your story! - ¡Comparte
tu historia!
El
derecho de autor
se convirtió en un candado; sobre mi fe intuitiva en la riqueza que se anuncia detrás de una
cultura libre, y por qué pienso que a los
escritores y editores les conviene a largo plazo complementar el
© con (cc) Creative Commons o (ↄ) Free Art
License.
- El derecho de autor existe desde hace casi 300 años, pero sólo desde hace un par de años es tema de discusión.
- Nuestros editores no tienen presupuesto de promoción para desconocidos.
En general subimos y caemos con publicidad que anda de boca en boca. No soy tan malo para esto. Tengo un blog, en donde hago mucha publicidad de boca en boca.
- Si comparto mi novela, de manera que cada lector pueda leer mi versión
libremente, copiarla, cambiarla y
editarla de nuevo, de manera que cada nueva edición indica mi trabajo como
fuente, es ésto el honor que
puedo recibir como escritora? significa que estamos creando un archivo activo, que cuenta una historia
colectiva artística desde la creación individual.
Según la ley el derecho de autor se aplica automáticamente a cada creación, no importa su soporte,
aunque sea mencionado diferentemente. Las frases son todas recogidas de textos
de otros. Por suerte dos de los tres de los autores “robados” eligieron publicar
sus textos bajo licencia libre, de modo que podía lanzar el experimento
tranquilamente.
- ¿Está
muerta la ley? . Si la ley es tan poco conocida y si copiar nos resulta tan
natural y espontáneo, ¿cuál es entonces el valor verdadero de este candado en
el mundo digital? ¿El copyright ahí, no habrá .
- ¡Qué viva
la ley! . La idea es simple. Uno publica su libro por un servicio de Print-on-Demand. Paga menos de 100$,
incluso menos por un e-book, envía su manuscrito compaginado con la tapa como pdf, éste se pone entonces en venta online y se puede pedir también
en algunas librerías locales.
Creative Commons
- Le permite al autor elegir si su obra puede ser cambiada o solamente copiada
(Share alike).
- Si requiere
mencionar su nombre (Attribution)
- Si la obra puede ser utilizada para fines
comerciales.
- Toda obra
derivada debe publicarse con la misma
licencia Creative Commons.
- CC de
Reconocimiento (en cualquier explotación de la obra autorizada por la
licencia hará falta reconocer la autoría),
- No
Comercial (La explotación de la obra queda limitada a usos no comerciales),
- Sin Obras
Derivadas (La autorización para explotar la obra no incluye la
transformación para crear una obra derivada)
Este
árticulo es solo la muestra de la optimización no definitiva a nivel educativo de traducción del artículo 'Share your story', publicado en la
revista Verz!n, junio 2011.
http://www.creatiefschrijven.be/index.php?onderdeel=1967